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Hay un cuento llamado "La historia de amor entre hormigas".
Un joven hormiga se enamoró de la joven hormiga que vivía al otro lado de una avenida. Pero era una calle muy ancha, con mucho tráfico de autos y personas. Y como se trataba de una carretera muy antigua, tenía baches profundos. El joven estaba por emprender el viaje cuando su padre le dio dos tallos secos. ! Qué pesado! ¿Por qué me ha mandado a caminar con esto?. El joven caminaba quejándose de su padre. Caminó un ratito, y se encontró como una brecha bastante grande y se vio impedido a avanzar. Para el joven hormiga, era casi como un precipicio. Desanimado, tiró los tallos al suelo y se sentó. Entonces, éstos se cayeron sobre la brecha formando un puente que le permitía cruzar al otro lado. Los tallos que parecían una simple carga molesta, se habían transformado en un elemento imprescindible para el joven.
A veces sentimos que la Palabra de Dios es un tanto molestosa. El deber de vivir en obediencia se convierte en una pesada carga sobre nuestros hombros, y nos duele. Y nace en nosotros el deseo de hacer a un lado la Palabra y buscar un camino más cómodo. Pero la Palabra de Dios nunca traerá incomodidades o perjuicios a nuestra vida, todo lo contrario, constituye poder y un arma poderosa para nuestras vidas, una respuesta para los problemas más difíciles que podamos tener.
Tomado de "caminar con Dios" Lee Seung-hui
Devocional Tiempo con Dios es Vida Viva, Enero 2011
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